Hoy vamos a hablar de las numerosas propiedades y beneficios de la Caléndula para el cuidado de las pieles más sensibles.

La palabra “Caléndula” deriva del latín Calendas que significa primer día del mes, ya que la planta florece todos los meses incluido el Invierno, si este no es muy duro. Es originaria de la zona del Mar Muerto, Egipto y Europa Meridional.

Es una planta perenne, no sobrepasa los 50 centímetros de altura, siempre verde, de hojas largas y carnosas. Su flor, en tonos amarillos o anaranjados, es la parte más importante debido a sus propiedades medicinales.

Por vía externa, es donde sus propiedades se potencian. Utilizada desde épocas remotas, ha sido una de las plantas más utilizadas en farmacología, naturopatía y estética, por eso también recibía el nombre de “planta maravilla”.

Recientes estudios indican que los pétalos de la Caléndula tienen propiedades anti-bacterianas, anti-inflamatorias, astringentes y antisépticas

Es un remedio natural para tratar, principalmente, problemas epidérmicos como: quemaduras del sol, golpes, picaduras de insectos, magulladuras y cardenales. Suaviza la piel y cuida el cutis.

Acelera el proceso de curación de cortes y arañazos. La Caléndula es uno de los remedios más comunes para tratar las heridas superficiales y menores de la piel, como cortes y arañazos, ayudando a que la herida cure más rápidamente.

Reduce y mejora la apariencia de las cicatrices y estrías. Hidrata, suaviza y tonifica la piel.

Muy conveniente para tratar problemas como el acné, irritaciones cutáneas, dermatitis, grietas, piel seca y sensible. Cada vez son más los productos cosméticos que incluyen la Caléndula entre sus componentes.

Su flor, en tonos amarillos o anaranjados, es la parte más importante debido a sus propiedades medicinales.